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lunes, 24 de enero de 2011

Una multitud de funcionarios sale a la calle en Andalucía

Decenas de miles de manifestantes piden frenar la reforma de la Junta de Andalucía

En un clima de hartazgo e indignación, una multitud se echó este sábado a la calle en Sevilla para exigir a José Antonio Griñán que frene su reforma del sector público andaluz y la empiece de cero. El decreto de julio encendió un descontento que la Junta no ha logrado apagar ni con su acuerdo con CCOO y UGT, ni con su nuevo decreto de diciembre, ni con la tramitación parlamentaria en curso. Decenas de miles de personas -la mayoría trabajadores públicos y opositores- se manifestaron en su segunda exhibición de rechazo a la reforma, tras la de noviembre.

José María Herrera, portavoz de la Plataforma de Empleados Públicos (PEPA), cifró "entre 70.000 y 80.000" los asistentes, algo que hasta los entusiastas veían exagerado. El sindicato CSIF, una de las 14 asociaciones convocantes, dejó la cifra en 50.000. Policía local y nacional señalaron a Europa Press que habían sido "entre 7.500 y 8.000". No obstante, agentes que seguían la marcha a pie afirmaron haber visto "pocas manifestaciones así" y daban por buena una cifra superior a 20.000. Datos aparte, la manifestación ofreció esas imágenes masivas de calles atestadas de gente bajo un abigarrado mar de banderas que convierten en un éxito innegable toda protesta. Y eso sin el apoyo de CCOO y UGT.
Hizo frío, pero lució el sol. Encabezada por un cartel que rezaba "Por un sector público de calidad, no a la privatización", la marcha arrancó en el Palacio de San Telmo a mediodía y se disolvió frisando las tres de la tarde junto al Parlamento. Lola Rodríguez, portavoz de la Plataforma de Opositores y Funcionarios, leyó allí el manifiesto consensuado, que exigía "derogar los decretos 5 y 6 de 2010 y paralizar el actual trámite parlamentario, que consideramos un mal clon". "No queremos -añadía- que se fomente la administración vertical con intereses partidistas y que, a golpe de ordeno y mando, de arriba a abajo, se presione a los empleados públicos, despojados de herramientas jurídicas para ejecutar su imparcialidad"
Según los sindicatos (CSIF, Ustea, Safja, SAT, USO...), la reforma genera incertidumbre, opacidad y discrecionalidad; compromete la independencia del trabajador, sometido a cargos medios y altos designados por criterios ajenos al mérito y la capacidad; abre la puerta a una confusión entre funcionarios y empleados sin oposición; abona el camino a la privatización... La palabra "enchufismo" circulaba por doquier. Muchos admitían que el decreto ha sido el detonante, pero que el cabreo de la mayoría viene de atrás y no es ajeno ni al recorte de sueldo ni al deterioro general del tejido público. "Pumba, pumba, pumba, el cortijo se derrumba", fue uno de los cánticos más coreados. 

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